Los mismos hechos pueden cobrar un significado absolutamente diferente en función de la carga emocional de un determinado momento. Si las ...
Los mismos hechos pueden cobrar un significado absolutamente diferente en función de la carga emocional de un determinado momento. Si las últimas noticias son malas tendemos a pensar que todo lo pasado ha sido igual y creamos una visión pesimista del futuro. Si las últimas noticias son buenas todo lo que ha pasado cobra sentido y tendemos a ser excesivamente optimistas. ¿Te suena familiar?.
Pero que es lo que nos lleva a pensar de esa manera. ¿Existe alguna relación entre la emoción, la razón y la forma en la que interpretamos la realidad?. La creencia popular nos indica que la razón funciona sin emociones, aunque en realidad sucede justo lo contrario. “No existe razón sin emoción”. Porque nuestro cerebro, elimina todo aquello que no tiene una carga emocional relevante y nos muestra la que si la tiene. Por eso después de elegir el auto que queremos, la ciudad se llena de esos vehículos aunque antes nuncas los habíamos visto, o cuando sabemos que vamos a ser padres, repentinamente aparecen niños, embarazadas y tiendas de bebes por todas partes.
Tenemos una maquina inconciente de encontrar respuestas. Si nos sentimos tristes, instalamos la pregunta dónde está lo malo de esta situación y rápidamente lo encontramos o viceversa si nos sentimos alegres.
Eso quiere decir (salvando las distancias con las grandes desgracias) que nuestra realidad tiene más que ver con la forma en la que interpretamos lo que sucede que con los hechos mismos. Y por lo tanto podemos modificarla haciéndonos preguntas correctas que nos lleven a estados emocionales útiles. ¿Qué es lo bueno de esta situación?, ¿qué estoy aprendiendo?, ¿qué tengo que agradecer hoy?.
Te das cuenta, somos arquitectos de nuestra realidad. Y si es así, por qué entonces no nos construimos una casa más bonita.
Felipe Bozzo